martes, 9 de julio de 2013

Formación Virtual: retos y perspectivas

No ha sido en vano el desarrollo del concepto formación desde la antigua PAIDEIA griega (Jaeger,1992) al proponer virtudes, saberes, oficios, destrezas y habilidades como el eje central del acto formativo. Conocimiento, dominio de un oficio y espiritualidad son conceptos de articulan el sentido de esta palabra. Hegel (1974,  1983) aduce al concepto y sentido de la Formación como el desarrollo espiritual que es inherente a todo ser humano, y su condición interna que le motiva hacia la  construcción de su propio conocimiento.

Sobre la base de esta premisa, todo aquello que el ser humano piensa, hace y siente, está enmarcado en un sentido que se predetermina por el devenir de su propia historia  y naturaleza humana (Heideger, 1994). Los resultados de sus acciones engendradas en sus capacidades, fortalezas, y talentos (Areté y techné) le llevan al logro de una “altura” suficiente que le permite ser mejor ciudadano, mejor ser humano y, ser cultura (Bildung) en un espacio vivo diverso (Gadamer, 2001) en el que se logra la plenitud humana, sobre la base de una educación para la EPI Paideia versus EPI Techné (Royo Hernández, 2008).

La necesidad formativa en tiempos de la educación virtual, se centra en generar procesos flexibles, de aprendizaje personalizado y/o en red con altos niveles de especialización en el hacer (Levy, 2007). La formación desde esta perspectiva, se orienta hacia la condición de aprender a pensar, ayudada de herramientas infocomunicacionales a través de las cuales surge la mediación racional y simbólica  (Levy, 2007:144).

Fuente: Banco de imágenes de google.com

Formación Virtual

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