sábado, 20 de julio de 2013

Principales retos a los que se enfrenta la formación de docentes hoy



Fuente: Banco de imágenes de www.google.com


Augusto César Rodríguez Maturana

Como toda práctica social la formación está determinada por los paradigmas de cada época.  En este sentido, lo que hoy es válido y aceptado, mañana  ya no puede serlo; y las políticas públicas en formación de docentes, no escapan a esta realidad.  Para el caso colombiano, la Ley 115 de 1994, orienta el sistema educativo nacional, y está pensado en un modelo de enseñanza – aprendizaje que exige docentes con competencias y habilidades que respondan a las necesidades del mundo globalizado y les permita “ser reconocidos” en la sociedad de la información, y del conocimiento.   Esta realidad, invita a una revisión y dinamización de las políticas  públicas de formación docente en el país; y un cambio de actitud y permanente cualificación de los profesionales de la docencia, quienes pasan de ser: “poseedores de la verdad” a orientadores en la construcción de los conocimientos por parte del estudiante, de ser “dictadores de clases” a docente investigador.  Cabe preguntarse: ¿el docente está dispuesto a asumir estos cambios, que lo sacan de su acostumbrada  zona de confort?

Estamos viviendo grandes cambios, que sin lugar a dudas afectan directamente a la educación, en el ¿qué enseñar? y ¿cómo enseñar?; lo que implica que desde las facultades de educación y las escuelas normales (encargadas de la formación del docente) del país, antes que agotar contenidos y estudiar modelos, es pertinente  “formar”  para la investigación, y  la construcción de conocimientos, invitando al docente a reinventarse cada día, a ser el principal crítico de su práctica pedagógica; puesto que debe enfrentar, entre otros, los grandes fenómenos sociales de la época:
  
a) La Globalización.  Invita al docente a apropiarse de su entorno y relacionarlo con otros contextos sociales, que permitan la adquisición de competencias y habilidades como lo demanda la sociedad actual, ya que el joven de hoy se enfrenta al amplio mundo de la información; y esto hace que el reto del maestro sea mayor, puesto que ello está ligado al interés del escolar por apropiarse en el campo de la formación.  En este sentido, hay que tener presente, que mucha de la información presente en las comunidades virtuales informa, pero no forma.

Tristemente, algunas escuelas normales y facultades de educación, se han convertido en “industrias de la educación”,  limitándose a “formar en serie” una cantidad anual de “Licenciados”, respondiendo a la economía de mercado que propone el mundo globalizado, olvidando la formación en valores, educar para el futuro, y para la vida.  Desde esta perspectiva, el sistema educativo tendría un doble papel por jugar: Internacionalizarse, para moverse en ese nuevo entorno (globalización) con pertinencia y servir de mediación en el dialogo intercultural, manteniendo un interés central en la identidad nacional (Orozco, et al, 2008)

Este es el primer reto a vencer para la formación docente: lograr un nuevo docente capaz de transformar la realidad, que dé respuesta a las competencias exigidas en un mundo globalizado; respetando los principios éticos, y morales que aporten al sueño de un mejor país.

b) La Sociedad del Conocimiento. Transforma la educación basada en la simple transmisión de datos a una interacción permanente con redes virtuales de información a partir de nodos de producción de conocimientos.  Esta nueva realidad, ubica al maestro en un nuevo rol, el de orientar y despertar en el estudiante las habilidades necesarias para indagar, seleccionar, clasificar, interpretar la información disponible, y a partir de ella generar nuevos conocimientos; sin embargo todo esto solo es posible, si el docente es formado para ello.  

Este es el segundo reto para la formación docente actual, y para el docente mismo, “formar” para la investigación, para la permanente consulta y actualización; con habilidades y competencias que propicien un dialogo intergeneracional en donde tanto estudiantes como docentes se encuentren en constante aprendizaje. Hasta para preparar al docente a cuestionarse, hay que cambiar el proceso de “formación de formadores” de las facultades de educación y las escuelas normales.  Pero, ¿está dispuesto el docente a reconocer que diariamente sus estudiantes lo enseñan? Es el reto del mismo docente.

c) El uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, que son los medios en los que circula la sociedad del conocimiento, contribuye a reemplazar la cultura del libro, por la de la imagen (Orozco et al, 2001).  Preparar al docente para enfrentar el crecimiento exponencial de la información disponible, es un gran reto, puesto que las formas de aprender han cambiado, por lo que las formas de enseñar imperativamente deben cambiar.  Hoy no se trata de repetir y memorizar; hoy es necesario saber seleccionar, comprender, analizar, interpretar y criticar la información, y a partir de allí construir.  Es decir, se debe formar para la investigación.

Pero las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, también son cambiantes,  entonces, es formar docentes capaces de “cambiar con el cambio”, de reinventar su práctica, sin perder de vista los avances tecnológicos y las nuevas formas de interrelacionarse y construir sociedades (redes) de  información y conocimiento.  Para ello hay que desprenderse de la posición dominante y casi dictatorial del maestro de antaño. ¿Cómo formar al “nuevo maestro”, si en nuestras facultades de educación y normales se encuentran “viejos maestros”?   Esos “viejos maestros” enfrentan el reto de hacerlo.

d) Desarrollo en el campo intelectual de la epistemología, la psicología, la pedagogía y la ética.  Afirma Tamayo (2007), asistimos hoy a un verdadero cambio de paradigmas en el orden del conocimiento.

Nueva visión epistemológica.  Hoy el modelo de cientificidad desde el pensamiento positivista se encuentra en crisis, puesto que éste concibe el mundo como dado y estático, desconociendo el mundo de la cultura y la historicidad misma. Las facultades de educación y escuelas normales deben resolver el interrogante  ¿Cómo “formar” al docente para una nueva visión epistemológica que  reconoce la construcción del conocimiento desde  diferentes y variadas fuentes, reconociendo las particularidades de cada contexto? Hay que tener presente que lo conocido y aceptado hasta hoy en cuanto a construcción e conocimiento e investigación, se ha revaluado, y se requieren nuevas competencias y habilidades.

Revolución cognitiva de la psicología. Del modelo conductista (estímulo – respuesta), se pasa a reconocer que “la mente es activa y se transforma en sus estructuras conceptual, metodológica, axiológica y pragmática”  (Tamayo, 2007);  cambiando radicalmente la concepción el conocimiento y su construcción que hasta hoy se había aceptado como válida.  Debe pensarse entones en ¿Cómo formar al docente sin desconocer las múltiples formas de la mente, para que éste a su vez haga lo mismo con sus estudiantes?

Reconceptualización del campo de la ética y de la filosofía de los valores.  De acuerdo con Tamayo (2007), lo ético se convierte en eje fundamental de la educación y busca la valoración de la enseñanza y la educación, desde la pregunta por los fines que la orientan, Otro de los retos que afronta el docente hoy (y por ende su proceso de formación) es ¿Cómo formar hombres más humanos, más solidarios, más respetuosos de las diferencias y no solamente más eruditos y especializados?  En el marco de una sociedad que dejó atrás las concepciones de Kant sobre lo moral y lo ético, y dio paso a una ética civil que compromete a sujetos en procesos de discusión, en donde lo válido es aceptar con tolerancia y respeto aquel que tenga mejor argumento.

Todos estos cambios paradigmáticos han dado paso a una nueva concepción de la pedagogía, que deja de ser entendida como simple método para la transmisión de contenido, a ser hoy concebida con una diversidad de alternativas.  Para el caso colombiano, Tamayo (2007) distingue cuatro corrientes consolidadas de pedagogía, que pueden aprovecharse a la hora de la formación de los docentes.  Estas son:

La Pedagogía como dispositivo.  Se asume la pedagogía como “práctica discursiva” conformada por diversos dominios y analizada desde la sociolingüística.  Es la posición del profesor Mario Díaz V., basado Foucault, Bordieu, Passeron y principalmente B. Bernstein.

La Pedagogía como disciplina.  Concibe la pedagogía como la disciplina que conceptualiza, amplia y experimenta los distintos conocimientos acerca de la enseñanza de los saberes específicos en una determinada cultura (Zuluaga, 1987: 11).  Asumida y liderada por la profesora Olga Lucia Zuluaga.  A partir de la Arquitectura del Saber, de M. Foucault y de la genealogía de G. Canguilhem, se rastrea y reconstruye la epistemología del discurso pedagógico y se asume la pedagogía como una disciplina o conjunto de saberes y prácticas.

La Pedagogía como disciplina reconstructiva.  Liderada por Carlo Federicci.  Concibe la pedagogía como una disciplina que debe ser reconstruida a partir de las competencias comunicativas y especializadas.  Abogan por una pedagogía hedonista, basada en la expresión de los deseos, en contra de una pedagogía ascética, basada en las normas y el sacrificio.

La Pedagogía en el enfoque constructivista.  Es más una posición epistemológica con consecuencias didácticas, que una pedagogía, peor a partir de ella es posible construir un campo de saber  que permita elaborar propuestas alternativas para el mejoramiento de la práctica docente.  Asume la enseñanza como la construcción de escenarios que posibilitan cambios y direcciona el aprendizaje para que se oriente a la construcción de significados más potentes, adecuados y complejos y abre un campo amplio para convertir la docencia en objeto de investigación.

Estas nuevas maneras de  concebir la pedagogía, se convierten igualmente en un reto para el proceso de formación docente,  pues  se debe guiar al “nuevo maestro” a que adopte una postura crítica ante ellas y aborde su práctica docente desde aquella que, desde su perspectiva, satisfaga sus intereses como formador de seres humanos.  

En todo caso, para el Dr. José Granés (2000:130), sugiere que la formación docente debe seguir los siguientes principios:

Contribuir al proceso de socialización de una cultura especializada
Propiciar un dominio de los lenguajes propios del área o disciplina que enseña
Fundamentarse en la pedagogía y la didáctica

De acuerdo con Tamayo (2011), “pedagogía, conocimiento y ética serán los ejes sobre los que se construirá la identidad del maestro como trabajador de la cultura, hombre público e intelectual orgánico”.  El gran reto de  las políticas públicas; las  facultades de educación y escuelas normales del país; es asumir los cambios  y responder a las exigencias que estos nos imponen.

Referencias Bibliográficas

Granes, J.  (2000).  La formación de profesores en la educación superior colombiana.  Bogotá: Ed. ICFES

Orozco, L.E. (2001).  Bases para una política de Estado en materia de educación superior.  Bogotá: ICFES – MEN

Tamayo, A (2003).  Tendencias de la pedagogía en Colombia.  Tunja: Ed. UPTC.  Núms. 30 y 31

Tamayo, A (2007).  Nuevos paradigmas en la formación de docentes.  Cuadernos de Psicopedagogía No. 4. P. 109 - 116

Tamayo, A (2011).  Cómo identificar formas de enseñanza.  Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio.  3era. Edición.  122 p.   (Colección mesa redonda)

Zuluaga, O. (1987).  Pedagogía e historia.  Bogotá: Ed. Foro

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